En un solar sin referencias, se emplaza una biblioteca pública, edificio que por su carácter y actividad debe dinamizar el entorno. La falta de referentes nos decide a proponer un edificio introspectivo que invente desde sus propios mecanismos un nuevo paisaje urbano más acogedor. Se propone semi-peatonalizar el entorno del nuevo edificio, desviando el tráfico por el nuevo tramo de calle Rambla y reduciendo la sección de los viales para controlar la velocidad de los vehículos. La biblioteca se ciñe a las alineaciones existentes con una crujía de ancho variable que conforma una manzana cerrada; ésta es atravesada por una crujía que conforma una calle-vestíbulo que permite cruzar el edificio y genera dos patios en el interior.
Estos dos patios ajardinados son el verdadero corazón del edificio: fuente principal de luz, paisaje controlado al que dirigir la mirada y lugar donde disfrutar de la lectura. El mayor es el patio caduco y el menor el patio perenne. Las distintas salas buscan la luz de los patios, abriendo a ellos sus fachadas norte y este, o recibiendo luz cenital con lucernarios. La calle-vestíbulo es una caja de vidrio que atraviesa la manzana de parte a parte, permite acceder a todas las salas desde un único espacio y tiene vistas a los dos patios. El acceso se ha proyectado para permitir la independencia de uso de la sala polivalente y la sala de estudio del resto de usos. El edificio propone al ciudadano que entre en él, coja un libro y se siente a leer donde más le plazca: en las salas o en los patios.
El edificio dispone de un sótano para acoger los espacios de instalaciones y una pequeña torre que contiene el depósito. Las salas no tienen pilares intermedios al existir una única crujía, lo que permite disponer de espacios amplios y diáfanos de gran flexibilidad. La organización interna es muy sencilla y ofrece la posibilidad de circular por las diferentes áreas de un modo natural. La gran altura de las salas [4 metros la planta baja y 3,60 la planta primera] permite, en el caso de la sala infantil-juvenil, crear una entreplanta al jugar con las dimensiones de los niños. El bibliobus no se esconde, sino que se muestra como una seña de identidad más de la biblioteca; se crea un espacio cubierto que a través de una celosía de hormigón y vidrio permite entrever los patios.
Concurso. Biblioteca Pública de Distrito en calle Calatrava
Localización: Calle Calatrava | Málaga
Concurso: 2005
Superficie de la intervención: 1185,56 m² [solar]
Arquitecto: Rafael Pozo García-Baquero
Fotografías: Rafael Pozo García-Baquero
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