1. Antecedentes
La presente serie de proyectos de rehabilitación se realizó por encargo de la Delegación de Málaga de la Consejería de Obras Públicas y Transportes de la Junta de Andalucía dentro del programa de Rehabilitación Autonómica y al amparo del Decreto 153/1999, de 29 de junio, por el que se aprueba el III Plan Andaluz de Vivienda y Suelo 1999-2002.
El objeto del Programa es ayudar a familias de recursos limitados que promuevan actuaciones de rehabilitación de sus viviendas en municipios declarados de Rehabilitación Autonómica.
En esta ocasión el encargo consistió en la redacción de los proyectos de rehabilitación de 13 viviendas del municipio de Casabermeja, atendiendo a los requerimientos de los propietarios por un lado y a las necesidades estructurales y de habitabilidad de los edificios por otro, así como la correspondiente dirección de obra.
2. Aspectos urbanos y morfológicos
Casabermeja, al igual que otras muchas poblaciones, tiene una trama urbana consolidada, en la que la renovación puntual genera una actualización periódica y constante del tejido urbano, que aprovecha los años de bonanza para ampliar, renovar o mejorar los espacios de la vivienda. De esta forma no es extraño encontrar sistemas estructurales superpuestos e intervenciones muy desiguales en el tiempo y en las calidades.
En aquellos casos en los que las posibilidades económicas son difíciles, la necesidad de nuevos espacios habitables en las viviendas se ha afrontado por el procedimiento de la autoconstrucción, comenzándose la obra y alargándose en el tiempo, mucho más allá de la propia ocupación, que se realiza en cuanto ese espacio se capacita como «habitable».
Podríamos hablar de la existencia de una tipología común a todas las viviendas dentro del centro histórico, que ha sido transformada a lo largo de los años según las necesidades de cada familia. En su origen constaría de dos crujías, una ventilando a la calle y otra al patio; la casa se adapta a la diferencia de cota escalonándose. Las estancias destinadas a las bestias se encuentran en el corral, al fondo de la parcela, pero la entrada de los animales se hace en todos los casos por la puerta principal, lo que se traduce en un cambio de solería. Se utilizaban cantos rodados, de mayor resistencia que las baldosas de barro empleadas en el resto de la vivienda, conformando un camino de algo menos de un metro de ancho.
La altura de las habitaciones se mantiene constante en las dos crujías, lo que implica la aparición de escalones entre ellas, tanto en planta baja como alta. En su origen, el estar disponía de una gran chimenea que se utilizaba como cocina, por lo cual no existe una habitación específica para tal uso; tampoco existían baños con las instalaciones adecuadas en el interior de la vivienda.
La planta baja se destina a la vivienda propiamente dicha y la alta, normalmente con la mínima compartimentación posible, se utiliza como almacén de grano y otros productos agrícolas. En algunos casos, el muro de carga central queda reducido a unos simples machones gracias al empleo del arco, consiguiéndose en esos casos una única habitación en planta alta.
3. Materiales
Se detecta, al estudiar las viviendas objeto de la presente rehabilitación, la coexistencia de dos tipos de materiales de construcción, los que podríamos definir como «tradicionales» y aquellos otros ya «industrializados», utilizados siempre bajo el condicionante económico: en cada momento se utiliza aquel material cuya obtención resulte menos costosa.
Así podemos encontrar en una misma vivienda, materiales de los dos tipos según el momento en que éstos se utilizaran. Carpinterías de madera tradicionales conviven con otras de aluminio, viguetas y rollizos de madera lo hacen con forjados de hormigón armado y cubiertas de teja con otras de fibrocemento.
En general, las plantas bajas de las casas son las que más reformas han sufrido, quizás al ser el nivel tradicionalmente destinado a vivienda. En la gran mayoría de los casos se ha intentado eliminar la diferencia de cota y dejar toda la planta baja al mismo nivel, acudiendo al relleno.
Las transformaciones han supuesto un cambio de solerías tradicionales de barro por otras de terrazo o gres. Se han eliminado las grandes chimeneas del estar y se han construido nuevas crujías, invadiendo el patio, para albergar cocinas y baños de las que carecían.
Los muros de carga todavía se mantienen en la mayoría de los casos, con espesores que van de los 60 centímetros en planta baja a los 40 en planta alta.
Cuando se han sustituido las cubiertas tradicionales de viguetas o rollizos de madera, entrevigado de cañizo y barro, y cobertura de teja curva cerámica, en la gran mayoría de los casos se ha optado por realizar forjados de hormigón sin aislamiento y cobertura de placas de fibrocemento, cuando no se han sustituido los entrevigados por otros nuevos de ladrillo. Todas ellas han resultado soluciones constructivas nefastas que en un tiempo relativamente corto presentan problemas de estanqueidad además de una pérdida del carácter constructivo de la zona.
La aparición de zócalos de materiales no tradicionales se debe en parte al escaso civismo de los más jóvenes que disfrutan escribiendo o dibujando sobre el blanco de la cal.
Programa de Rehabilitación Autonómica 2002 | Casabermeja [Málaga]
Localización: Casabermeja | Málaga
Proyecto: 2002
Ejecución: 2003-2004
Superficie de la intervención: – m²
Arquitecto: Rafael Pozo García-Baquero
Fotografías: Rafael Pozo García-Baquero
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