2001 | Arcos de la Frontera [Cádiz] | Albergue juvenil. Proyecto fin de carrera

Situación en el término municipal

Situación en el término municipal

1. Antecedentes

El proyecto consistía en el diseño de un Albergue Juvenil y una vivienda permanente para su director, en Arcos de la Frontera, Cádiz; el edificio debía completar la dotación hotelera de la ciudad, que hasta ese momento había obviado a un importante sector de la población que busca en este tipo de instalaciones una forma económica de viajar, sin olvidar el enriquecimiento cultural que implican el encuentro y la convivencia entre personas – no solamente jóvenes – de distintos países y culturas.

La ubicación del Albergue en pleno centro histórico de Arcos de la Frontera, declarado Conjunto Monumental Histórico-Artístico el 15 de Marzo de 1962, suponía una oportunidad para reflexionar sobre la intervención arquitectónica en el Patrimonio en el momento actual, en el que se había dejado atrás uno de los siglos más trascendentales para la Arquitectura, y cuando  empezábamos a tener cierta perspectiva histórica de las distintas estrategias proyectuales con las que otros arquitectos se habían enfrentado al mismo problema.

El solar destinado a la construcción del Albergue era el producto de la demolición de las casas situadas en los números 11 y 12 de la calle Maldonado de la ciudad arcense. Encajonado entre la aplastante masa de piedra que supone la magnífica Iglesia de San Pedro y la Peña Nueva o de Berlanga, el lugar proporcionaba desde un precipicio de roca arenisca algo friable, unas magníficas vistas sobre el río Guadalete que la circunda y baña, a unos 96 metros de altura a plomo sobre éste.

Emplazamiento del solar en el Conjunto Histórico

Emplazamiento del solar en el Conjunto Histórico

El solar presentaba un aterrazamiento a distintos niveles, descendiendo desde la cota de acceso desde la calle Maldonado a otros inferiores excavados en la roca, aproximándose de forma escalonada al borde del barranco. Por las medianeras y los restos de viguerías adosados a ellas, así como por material gráfico consultado, se dedujo que la vivienda desaparecida tenía dos plantas sobre rasante y cubiertas inclinadas de teja.

El traspasar el umbral de la puerta de dicho solar por primera vez supuso una auténtica experiencia espacial, no ya sólo por las increíbles vistas de la Vega del Guadalete, sino por el cambio brutal que supone el tránsito desde un callejón estrecho sin perspectivas a un espacio de apertura máxima comparable al horizonte marítimo o la posibilidad de contemplar la trasera de San Pedro a una distancia suficiente para apreciar sus contundentes volúmenes.

Panorámica de Arcos sobre la Peña Nueva

Panorámica de Arcos sobre la Peña Nueva

2. Estrategias proyectuales

· El lugar como Patrimonio urbanístico. Barrio de San Pedro en Arcos de la Frontera. Estamos rematando una manzana, la delimitada por la calle Maldonado y el borde serpenteante de la Peña, y en sus extremos por las calles perpendiculares Olivares Veas y Escritores Arcenses. Aparece la necesidad de aferrarse, de anclarse a las medianeras y de diluirse hacia la Peña. Aparece un cuerpo opaco frente a la transparencia del resto.

La alineación de las antiguas casas se retoma, pero no para revindicar una línea en el suelo que recuerde lo que hubo antes; sino para potenciar aún mas la estrechez de la calle Maldonado en éste tramo y dinamitarla. Proteger la alineación para crear un proyecto. Un edificio público sin posibilidad de perspectivas. La idea de una nueva plaza ni se plantea. El edificio respetará la antigua alineación para acentuar aún mas el nuevo horizonte que se abre. La calle mantiene su espacialidad física pero ésta se transforma radicalmente ante las nuevas visiones que se abren… las únicas posibles desde su emplazamiento. Vistas de la Vega del Guadalete a través del propio edificio. No se organiza un mirador, una salida puntual para asomarse al corte, sino que el propio edificio se convierte en marco.

Panorámica del solar hacia San Pedro

Panorámica del solar hacia San Pedro

· El lugar, y sobre todo éste, es Patrimonio paisajístico; y ello nos arrastra a reflexionar sobre la tradición de la villa a lo largo de la historia. «La villa encarnaba el disfrute de la vida rural, pero ésta tenía lugar de un modo urbano. Enmarcado por una logia arcada o pórtico, o desconectado por terrazas en primer término, el panorama se convertía en una parte decorativa y controlable de la arquitectura de la villa. En un segmento tal del panorama, el horizonte enmarcado por la arquitectura, podía ser presentado como una sensación ordenada del infinito. No era el perímetro de la hacienda el dibujado como la frontera del espacio óptico, sino el horizonte natural, mucho mas allá de él». Así, para Mies «cuando se mira a la Naturaleza, a través de las ventanas de la casa Farnsworth, adquiere un significado mas profundo del que tiene cuando se esta fuera al aire libre». Del Renacimiento a Mies: eso es Patrimonio paisajístico.

 · El lugar siempre es Patrimonio histórico, pero sin duda el hecho de formar parte de un Conjunto Declarado, lo hace todavía mas evidente. En mi opinión, siguen siendo válidas las palabras de Ruskin: «Restauración significa la destrucción mas completa que pueda sufrir un edificio […] ; es imposible, tan imposible como resucitar a los muertos, restaurar lo que fue grande o bello en Arquitectura. Lo que constituye la vida del conjunto, el alma que sólo pueden dar los brazos y los ojos del artífice, no se pueden jamás restituir. Otra época podría darle otra alma, mas esto sería un nuevo edificio […] Mirad frente a frente la necesidad y aceptadla, destruid el edificio, arrojad las piedras a los rincones mas apartados, y rehacedlos de lastre o mortero a nuestro gusto, mas hacedlo honradamente, no los reemplacéis por una mentira.» Y en nuestro caso se mezclan los restos históricos – o arqueológicos- con los arquitectónicos. El muro, las bóvedas que aún sobreviven en el solar, ¿qué son? ¿Patrimonio histórico o arquitectónico? Patrimonio en definitiva. Pero, ¿tienen valor patrimonial?, Nietzsche dijo, «todo lo duradero conmueve, despierta un anhelo de ello – hasta tal punto confundimos lo duradero con lo bueno».

Panorámica del solar hacia el paisaje

Panorámica del solar hacia el paisaje

Las bóvedas nos conducen a una de las primeras premisas: un sótano asomándose a la vega desde el borde de la Peña, puede no ser un sótano. Ventilación y vistas. Colonizar el subsuelo y no crecer en altura. Hundirse.

Pero unas bodegas insalubres no pueden ser transformadas en estancias vivideras sin resentirse. Desaparecen las bóvedas pero permanecen las sensaciones: transiciones desde espacios lúgubres y carcelarios a otros deslumbrantes y liberadores.

Descubrimiento del valor patrimonial de la colonización del borde de la Peña por medio de las terrazas.

· Otra premisa que dirige el proyecto es su misma esencia, es un edificio público: un albergue; tiene carácter representativo. Igual que una iglesia, un convento, una cárcel, un hospital o el ayuntamiento, a lo largo de la historia de Arcos. Surge la necesidad de utilizar el recurso de los materiales y el espacio contemporáneo … no hay que pasar desapercibidos. Nunca se intentó… torres, espadañas y piedra frente a muros encalados.

La construcción de un Albergue Juvenil en Arcos de la Frontera, pese a su reducido tamaño y a su escaso impacto visual, revitaliza una trama, la del conjunto declarado, que no sólo no se ha visto enriquecida en los últimos años, sino que, al contrario, se ha visto deteriorada por el excesivo proteccionismo que sufre. Huyamos de ciudades como Zora, que languideció, se deshizo y desapareció obligada a permanecer inmóvil e igual a sí misma para ser recordada mejor.

El paisaje de la Vega del Guadalete desde el solar

El paisaje de la Vega del Guadalete desde el solar

· Otro aspecto sobre el que reflexionar es el cambio sufrido por el punto de vista de la perspectiva de los habitantes de la ciudad. La trasera se ha convertido en postal… como en Cádiz. La aparición de una nueva mirada sobre la Peña desde el exterior de la ciudad obliga a pensar como se presenta un edificio entre otros anteriores a él que han negado el alzado a la Peña como tal. Se opta por la aparición de  huecos abstractos, ventanas horizontales, cuerpo sencillo, frente al caos de huecos de las traseras preexistentes.

3. Descripción del edificio

Un edificio de dos plantas, que realmente tiene cuatro; se mimetiza en el medio empleando los recursos que la historia y el Patrimonio arquitectónico local le proporcionan: terrazas a distintos niveles.

Un edificio que casi desaparece en planta baja para dejar ver a su través; no vemos sólo el paisaje, sino la Vega del Guadalete recortada por nuestro edificio. « Sólo hay una base sana para toda la cultura, ésta es el amor apasionado al aquí y ahora, a nuestro tiempo […] No se sabe que los escombros del pasado sólo resucitan en aquel que conoce el ahora, y que no podemos conocer ninguna época mejor que la nuestra. August Endell». Un vestíbulo que es a la vez contenido y continente; ya que por una parte se muestra a si mismo como zona de encuentro, y por otra sirve de marco al paisaje. Una recepción que se parece al patio de operaciones de un banco. Una planta pública por cuanto puede ser utilizada para pequeños actos culturales, espacio de encuentro, mirador, información turística… el espacio privado de los alberguistas comienza en las escaleras.

Alzado a calle Maldonado, boceto

Alzado a calle Maldonado, boceto

Una casa para el director del albergue, mínima…, pero con todo lo que pueda necesitar. Una estancia donde vivir, comer, descansar, leer,…entre San Pedro y la Peña de Berlanga. Pensada para una pareja joven y sin hijos, que no nacieron en Arcos, y que nunca se cansarán ni de la piedra de la Iglesia, ni de la roca arenisca de la Peña. Una vivienda unida al albergue por el cordón umbilical de su despacho. Y una oportunidad para actualizar el concepto de zaguán, que no deja de ser calle pública que se cierra por las noches.

Habitaciones en dos alas, por distintos motivos; diferentes formas de encuentro: habrá quien quiera «dormir y callar» y habrá quien quiera sacar unas sillas a la puerta y charlar hasta la madrugada con personas que puede que no vuelva a ver jamás. Habitaciones para seis personas «predispuestas» al contacto social y habitaciones para cuatro personas que llegan demasiado cansadas para hablar; habitaciones con sala de estar y banco a la entrada, junto a la puerta, disfrutando de una galería amplia que permite la estancia sin perder de vista la piedra de Espera. Y habitaciones pequeñas donde tras dormir y ducharse salir a descubrir Arcos.

Diferentes formas de uso: la existencia de dos alas permite al director del albergue cerrar una de ellas mientras la otra permanece abierta; y en determinadas ocasiones puede resultar necesario una distinción entre grupos de diferentes sexos, edades,…

Vivenda del director, boceto

Vivenda del director, boceto

Las habitaciones forman inmensas cajas de madera que flotan sobre una planta libre: las habitaciones para seis personas sobre la zona de acceso, y las habitaciones para cuatro sobre la otra gran zona común, la sala de televisión. Son cajas que utilizan la madera en suelos techos y cerramientos, de ahí que las camas acaben siendo nuevas cajas de madera, que permiten dormir sin ser molestados y permanecer despiertos sin molestar. Pensadas para ser cerradas, de permanecer abiertas, sirven como barandillas en las literas. Una luminaria interior permite seguir despierto mientras otros duermen sin molestarlos; se convierten en el último refugio en un lugar donde la convivencia es constante.

La particular combinación de literas en tres niveles, da como resultado un perfil almenado en el que las habitaciones empujan hacia el cielo por salir . Se convierten así en unos lugares privilegiados para contemplar San Pedro a un lado y el abismo al otro.

Las dependencias de servicio se colocan en el sótano 1 [-3.00 m.] por estar así situadas entre las dos zonas comunes del edificio: el vestíbulo-zona de encuentro, y el comedor. Un montacargas comunica dicha planta con el nivel de acceso y un montaplatos hace lo mismo con el comedor.

La piscina del albergue sufrió distintas ubicaciones a lo largo del proceso proyectual; desde la opción mas inmediata, que consistía en colocarla en una de las terrazas como si de la cubierta de un trasatlántico, tanto el emplazamiento como el concepto mismo cambió. Finalmente se optó por recrear el ambiente que existió alli una vez, bóvedas, cuevas  oscuras desde donde contemplar el exterior. Pese a estar cubierta en gran parte, la piscina se considera al aire libre por cuanto que no existe un tratamiento higrotérmico del aire. La lámina de agua introduce reflejos acuáticos en la doble altura que puede observarse desde la escalera. Una piscina que por levantarse donde antes hubo lóbregas bodegas acabó convirtiéndose en una cueva marina.

Piscina, boceto

Piscina, boceto

Existe una lógica de los materiales, en las zonas comunes se ha optado por cerramientos de vidrio para poder ver y ser visto, y estructura de acero que las une con las habitaciones. Como ya dijimos antes las habitaciones son de madera. El hormigón se utiliza en el cuerpo compacto que une el edificio a la manzana, así como en los sótanos cuando solo presentan una apertura al exterior, es decir están delimitadas por lo muros de contención. Así en el cuerpo de cuatro alturas, hablaríamos de dos niveles “subterráneos” de hormigón, una zona común de acero y vidrio, y una zona de habitaciones de madera flotando sobre las anteriores. En el cuerpo de dos alturas se sigue el mismo esquema considerando que pese a ser sótanos, cualitativamente no lo son, y reciben el mismo tratamiento que en el otro cuerpo.

Este Albergue Juvenil en Arcos de la Frontera, es la materialización de una reflexión personal sobre la relación entre Arquitectura y Patrimonio en el ámbito de un conjunto declarado. La inmensa mayoría de las decisiones tomadas a lo largo del proyecto respondieron a valores patrimoniales, que desde mi punto de vista pasan a ser «arquitecturales» desde el momento en que la persona que reflexiona es o va a ser arquitecto.

PROYECTO FIN DE CARRERA. INTERVENCIÓN EN UN CONJUNTO DECLARADO: ALBERGUE JUVENIL

Localización: Calle Maldonado 11 y 12 | Arcos de la Frontera [Cádiz]

Proyecto Fin de Carrera: 2001

Superficie de la intervención: 1.796,43 m²

Arquitecto:  Rafael Pozo García-Baquero

Fotografías:  Rafael Pozo García-Baquero

La información mostrada es propiedad de sus autores
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